Pixel Points era el blog de
Levinson en Arts Journal, publicado
entre Setiembre 2004 y Noviembre 2006. Replicando
el nombre de Pencil Points, se trataba
de sacar a debate la arquitectura como categoría
cultural en sentido amplio, sin importar,
- en un principio-, que el medio fuera digital, en vez de impreso. Sin embargo,
a través de diversos post y en el corto periodo de 2 años, Levinson se hizo eco de lo que suponía el
cambio de enfoque provocado por los nuevos medios, desde el idealismo de la era
analógica al espectáculo que impulsa lo
digital. Pixel Points permanece, en este sentido, como testimonio de las
transformaciones de la crítica. De ahí, el interés en llevarlo a este blog que
reseña la representación de la arquitectura.
Así en uno de los post, “Beyond
Criticism” (June 2, 2005) se preguntaba
sobre la tantas veces anunciada muerte de la critica de arte. El declive de la
imprenta y el auge de Internet, la
disminuida estatura de la prensa, la desconfianza
de la autoridad y el descrédito del arte, el desvanecimiento de la figura del intelectual y la fragmentación de las audiencias,
fueron todos ellos, factores favorecedores de la menguante influencia de la crítica. La propuesta de Levinson, para acercar la
arquitectura al lector y al público, pasaba y pasa por ampliar el campo del
periodismo arquitectónico más allá de la reseña de edificios y hablar de todo tipo de espacios.
En “ Sidewalk Critics” (
January 16, 2006) replicaba a los que creían
que el problema de la crisis de la critica estribaba en que ésta se había
transformado en más obtusa y de difícil lectura, y a
los que echan en falta a los mitificados
críticos de conciencia progresista y al mismo tiempo accesibles, a la vez que
eruditos y populares. Sin embargo, el principal reto para la crítica, es decir,
la revolución digital, que altera a la vez el periodismo y la cultura arquitectónica no solía considerarse como tal reto en 2006.
La influencia de la crítica no depende solamente de la habilidad del crítico sino
también de la presencia de un número
considerable de lectores disponibles. Si
la crítica ha perdido su lugar en el
dialogo con el público, entonces nos podemos preguntar: ¿dónde va a tener lugar
este dialogo?
Para Levinson , el futuro
de la critica depende de la habilidad de las editoriales en hacer prosperar
nuevas plataformas, que están ya en emergencia haciendo la cultura más global.
Entonces, aparecen según Levinson las siguientes preguntas: ¿Cómo elegir qué criticar?
¿Cómo definir el latido crítico? Según ella, el peligro
es querer seguir este latido glamoroso y global obteniendo una crítica
poco contextual, episódica, fragmentaria, dirigida sólo hacia momentos remarcables,
y en cambio, menos dada a narrativas más complejas. La buena crítica está a menudo comprometida con el lugar local, con lo
ordinario y no sólo con lo excepcional, pero a la vez, es aquella que considera los
diversos factores que forman la
arquitectura.
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