ARQUITECTURA Y REPRESENTACIÓN FOTOGRÁFICA.
DEL DAGUERROTIPO A LOS ÚLTIMOS AVANCES DIGITALES.
Martí Llorens
El camino recorrido
Cuando en la sesión realizada el 19 de agosto de 1839
en la Academia de las Ciencias de París
el diputado y científico François Arago presentó la invención del
daguerrotipo, no sólo comunicó al mundo una nueva invención técnica. Por fin se
habían conseguido fijar las huidizas
imágenes que pasaban por la ventana de la Camera
Obscura, un antiguo invento
ya descrito con precisión por el napolitano Giambattista della Porta a inicios
del siglo XVII. Pero lo más importante es que había comenzado una nueva manera
de representar, ver y conocer el mundo, una nueva visión de la que actualmente
todos somos herederos, deudores y también, dependientes.
El auge de la moderna profesión de arquitecto
coincidió, afortunadamente para la fotografía, con sus inicios. En este tiempo
se fundaron las primeras sociedades de Arquitectura, aparecieron las primeras
revistas especializadas y se publicaron libros como el conocido y polémico Contrasts (1836)
del activo padre del neogótico, Augustus Welby Northmore Pugin y el
ensayo de John Ruskin, The Seven Lamps of Architecture (1849). El importante revival
historicista demandó un sistema de representación rápido y fidedigno de la
arquitectura histórica para proceder a su estudio y posterior restauración. A
este respecto y pese a lo discutible que desde la perspectiva actual puedan
parecernos, sirvan como ejemplo los trabajos de restauración emprendidos en
diversas construcciones medievales francesas por el teórico y arquitecto Eugène
Viollet-le-Duc quien en su Dictionaire raisonné de l´architecture française du XIº au XVIº
siècle” recomienda el
empleo de la fotografía como eficaz herramienta de trabajo para los arquitectos
encargados de la restauración de antiguos edificios.
En el primer cuarto del siglo XIX, el público ya
estaba avezado y fascinado por el empleo
de instrumentos generadores de imágenes; artilugios como el taumatropo, el
fenaquitoscopio o el zootropo y espectáculos visuales como las proyecciones de
linterna mágica o los panoramas donde todos podían ver, con sus propios ojos y
como si realmente se encontraran ahí,
ciudades a las que jamás habían viajado. Se había iniciado una nueva
manera de ver y conocer. Por lo que respecta a la Arquitectura, se generaron
también nuevas exigencias para una clientela que paulatinamente quería ver más acabados
los proyectos de edificios que se le presentaban. En definitiva, el cliente
deseaba ver el edificio como realmente lo vería si él mismo estuviera ahí.
Desde el siglo XVIII se avanzaba en esa línea. La
representación per angolo,
con dos puntos de fuga que sustituia al clásico único punto de vista o de fuga
central, creaba la ilusión de
tridimensionalidad al tiempo que mostraba el edificio con proporciones muy
ajustadas. La iluminación dirigida en
los dibujos, proporcionaba mayor textura y relieve a las fachadas y la
inclusión del edificio en un contexto, esto es, la incorporación al dibujo de
nubes, vegetación y personajes, ayudaban
a conseguir una representación más verosímil del mismo. No es casual por tanto
que muchos de los primeros fotógrafos fueran pintores y dibujantes que se
movían en esta área de trabajo pues su visión de la representación de la
Arquitectura por medio del dibujo, se tradujo en visión fotográfica. La
naciente sociedad industrial creó nuevos personajes, como los ingenieros y los constructores, en
ambos casos, ávidos de obtener valiosa documentación fotográfica de sus
proyectos para la realización de informes y exposiciones donde mostrar las
etapas de una obra o las nuevas técnicas de construcción empleadas.
Y es que nunca al mundo se le había visto pasar tan
rápido; desde la ventana de un vagón de ferrocarril a todo vapor, el atónito
viajero ochocentista veía desfilar vistas cambiantes: las ciudades crecían y se
transformaban, desaparecían barrios enteros y aparecían otros nuevos, se
emprendían colosales obras de Ingeniería y el paisaje se llenaba de gigantescos
viaductos para las nuevas líneas de ferrocarril. Las noticias corrían veloces
de un lado para otro gracias al telégrafo y así, el mundo cambiaba y
empequeñecía. La fotografía de aquel tiempo fue la herramienta ideal para
representar estos cambios a los que también se adaptó con procedimientos
técnicos y equipos fotográficos industrialmente viables. Entre otros muchos,
las fotografías de Edouard Baldus, Louis Emile Durandelle, Charles Marville,
Charles Clifford o Auguste Collard quien se presentaba como fotógrafo de puentes y caminos, nos narran una parte de ese apasionante periodo
donde la tecnología de la construcción y la fotografía, se aliaron en un único
camino de evolución y progreso.
En ruta
Si en el siglo XIX el mundo empequeñeció y cambió por
completo con la implantación de los transportes movidos a vapor y las
comunicaciones por hilo a larga distancia, en el siglo XXI estamos asistiendo a
otro replanteamiento espacial y perceptual originado por la tecnología
informática.
Por lo que respecta
a la tecnología fotográfica, el primer modelo de cámara digital comercializable
no apareció en el mercado hasta 1994. En la actualidad, el soporte digital es
utilizado sin reservas tanto por el aficionado como por el profesional más
exigente pues las prestaciones técnicas
y la versatilidad de los equipos no dejan de mejorar. La concepción y el
consumo de la imagen digital a través de la red ha marcado el inicio de una
nueva etapa en la historia y el desarrollo de la fotografía, con nuevas
aplicaciones y usos que la han dotado de una capacidad de expansión y
propagación absolutamente impensable
hace menos de dos décadas.
Como
fotógrafo dedicado a la documentación de proyectos de Arquitectura e
Ingeniería, este nuevo y cambiante panorama posibilita - y también exige - la
creación y oferta de nuevos servicios que abran nuevos
mercados en distintos ámbitos de
carácter técnico, cultural y editorial. Hasta hace muy poco, algunos de estos
nuevos servicios no se hubieran considerado dentro del ámbito estrictamente
fotográfico. Por ejemplo, el diseño y mantenimiento de un microsite relativo a
un proyecto constructivo emblemático por parte del propio fotógrafo que realiza la documentación gráfica del
proyecto.
La
tecnología actual permite la creación de nuevos productos audiovisuales. Entre
otras cosas, posibilita la hibridación de soportes haciendo que las fronteras
entre la imagen fija y la imagen en movimiento esten desdibujadas
tanto en su fase de realización como en su formalización. Este es un dato a
tener muy en cuenta para el fotógrafo. En el ámbito de la fotografía de Arquitectura,
tanto la descripción del proceso constructivo como la obra acabada pueden plantearse y resolverse de manera muy
diferente; inclusión de time lapse
tanto en soporte video o fotográfico,
animación de imágenes fotográficas, vistas interactivas de 360 º o
grafismo electrónico son algunos de los recursos empleados.
Por
otro lado, la digitalización de
archivos fotográficos analógicos para su divulgación y acceso al público es una
práctica en constante crecimiento. El valor documental, patrimonial y artístico
de determinados archivos y la necesidad de conferir a este material difusión y
accesibilidad tanto para fines comerciales como de libre consulta, está haciendo que desde los más importantes archivos de ámbito estatal a los
archivos de instituciones y empresas
privadas, se emprenda, conforme a las
necesidades planteadas y acorde a sus posibilidades, la digitalización del
material fotográfico analógico custodiado.
William Henry Fox Talbot, inventor del procedimiento
fotográfico del calotipo, decía creer que su casa de campo de Lacock Abbey
había sido la primera casa en dibujar su propia
imagen allá por el verano
de 1835. Lo cierto es que fue el tema de muchos de sus ensayos fotográficos ya
que según él, era idónea para ese propósito dada su
antigua y notable arquitectura...
Nunca sabremos con toda certeza si la mansión de Fox Talbot fue la primera casa
en ser fotografiada. En todo caso, celebrando en 2014 el 175º aniversario de la
histórica presentación del diputado
Arago, podemos estar seguros de la incondicional y fructífera relación
que desde entonces, mantienen sin reserva la Arquitectura y la Fotografía.
Martí Llorens (Barcelona, 1962) es fotógrafo de la empresa especializada en la documentación de
proyectos constructivos. Tempus Fugit Visual Projects
SL.